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Hay 3 cuestiones importantes que deben considerarse al empezar a preparar un artículo en otra lengua:
Quizás hayas escrito varios trabajos y tesis en otros idiomas antes de este artículo de investigación, o puede ser que nunca antes hayas redactado un trabajo académico en una segunda lengua. Por lo tanto, el proceso de investigación, preparación y redacción de un artículo será diferente en función de cuánto tiempo y energía quieras dedicar a realizarlo en una segunda lengua, y cuánto tiempo quieras dedicar a mejorar tu capacidad lingüística en dicho idioma (por ejemplo, revisar las reglas gramaticales, buscar frases claves para incluir, etc.).
Así que, antes de empezar, debes preguntarte: ¿Qué partes del proceso te sientes capaz de llevar a cabo en la lengua meta? ¿Hasta qué punto conoces bien el tema sobre el que vas a escribir y, por tanto, cuánto tiempo debes dedicar a mejorar tus conocimientos lingüísticos?
Llevar a cabo la investigación y la preparación en la lengua meta puede simplificar mucho la redacción a la larga. Sin embargo, intentar hacer todo en la lengua meta sin estar preparado puede producir peores resultados. Por eso es importante que entiendas tu capacidad actual en la lengua meta y que te prepares acorde a ella.
¿Tu artículo trata de un tema que has estudiado durante años o es un campo distinto de tu área típica de especialidad? En la fase de planificación, es necesario tener en cuenta tanto el contenido como el idioma, así que es esencial determinar cuál es la mejor manera de repartir el tiempo entre ambos en tu caso.
Para que una revista acepte el artículo, es importante no solo que esté bien escrito, si no que este bien investigado y argumentado, y que sea original. Muchos artículos están bien escritos, pero no se publican porque no son originales. Por este motivo, debes asegurarte de que tu investigación ofrece una contribución original a tu campo de estudio, tanto en tu lengua materna como en tu lengua meta. Puede ser útil ponerse en contacto con el personal de tu institución para obtener recomendaciones de bibliografía o solicitar a tu biblioteca recursos adicionales.
Además de los recursos académicos, también es importante saber de qué recursos personales y económicos dispones: ¿Puedes utilizar un servicio de corrección lingüística o un servicio de traducción? ¿Tienes compañeros de trabajo nativos que puedan corregir tu trabajo? No necesitas ninguna de estas cosas para producir un buen artículo, pero pueden hacer que te sientas más seguro de la calidad de tu trabajo.
La investigación es la base del proceso de escritura y es el momento en el que puedes responder a las tres preguntas que mencioné antes. Evalúa en qué medida necesitas desarrollar tu capacidad lingüística, tu conocimiento del tema y tus recursos disponibles con el fin de producir un artículo bien argumentado y con una perspectiva original.
Es necesario tener un amplio conocimiento de tu campo de estudio: debes entender tu argumento, las teorías e ideas que lo sustentan, y la bibliografía secundaria que pueda argumentar en su contra.
Esta familiaridad con el contenido de tu artículo te permitirá centrarte en los aspectos más difíciles de escribir en una segunda lengua. Aquí tienes algunos ejemplos de aspectos a los que debes prestar atención durante tu investigación:
Leer e incorporar bibliografía en la lengua meta no solo te expondrá a la terminología específica del tema en esa lengua, sino que también reducirá la cantidad de contenido teórico que tendrás que traducir en la fase de redacción.
Además, la inclusión de bibliografía en la lengua de destino para apoyar tu argumento o contrarrestar los argumentos de otros autores podría dar mayor credibilidad a tu artículo. Es probable que los lectores, revisores y editores de revistas de los Estados Unidos y el Reino Unido estén más familiarizados con los estudios en lengua inglesa. Por lo tanto, si tu artículo utiliza dichos recursos, es probable que le parezca más pertinente y accesible a tu audiencia anglosajona.
Aunque la voz de tu artículo debe ser la tuya propia, intenta utilizar un registro académico. Fíjate en el tono y el estilo de la investigación contemporánea en la lengua meta ya que puede ayudarte a juzgar el registro adecuado para tu trabajo, además de servirte de inspiración para encontrar palabras y frases que quizás quieras utilizar tú mismo/a.
A menudo, los títulos de obras literarias o cinematográficas no se traducen literalmente, por lo que puede causar confusión si te refieres a una obra por su título en tu primera lengua cuando escribes en una segunda. Por ejemplo, podrías confundir a los lectores españoles si escribieras un artículo sobre Las aventuras de Alice en el mundo fantástico en lugar de Alicia en el país de las maravillas. La diferencia entre las dos traducciones no es drástica, pero el uso del primer título sería una señal reveladora que no eres un autor hispanohablante nativo. Así que merece la pena buscar el título en la lengua meta de una obra para asegurarse de que te estás refiriendo a ella correctamente. Si no existe una traducción oficial de la obra que estas analizando, puedes proporcionar tu propio título.
Desarrollar tus ideas en la segunda lengua en la medida de lo posible te ayudará más adelante con el proceso de traducción, aunque tu plan no tenga la mejor calidad lingüística. Puedes escribir tus notas en una lengua híbrida (p. ej. Spanglish, Konglish) o hacer tantos errores como quieras – ¡nadie va a verlos! Lo importante es que uses la lengua meta para planificar tu artículo. Al fin y al cabo, eres autor, no traductor.
Ahora que ya has investigado el tema y has desarrollado tus propias ideas, es el momento de presentar tu propio argumento. Al igual que en el caso de las notas de investigación, puede resultarte útil incorporar la lengua meta en el proceso de planificación. No hace falta que tu uso del lenguaje sea perfecto: puedes utilizar un híbrido de dos lenguas, jerga o incluso una taquigrafía que sólo entiendas. Lo importante es que el plan te ayude a redactar tus argumentos en la lengua meta, en lugar de formular tus ideas y argumentos en tu lengua materna y tener que traducirlos después.
Hay muchas formas de planificar un artículo. Por ejemplo, puede que prefieras planificar primero la conclusión, o empezar con puntos de enumeración en los que desarrollas tus argumentos, que puedes ir ampliando en varias fases hasta formar un artículo. Tal vez prefieras planificar utilizando mapas mentales o flujogramas, o utilizar tu plan como un ‘almacén cerebral’ para todas las referencias, notas e ideas que luego ordenarás. Tanto si empiezas por la conclusión, la introducción o la décima línea de la página 3, es probable que ya tengas un método que te funcione.
Un consejo que podría serte útil en esta fase es echar la vista atrás a tus trabajos previos en la lengua meta e intentar encontrar tus errores más comunes o aspectos a mejorar. Tener en mente estas áreas durante el proceso de planificación y redacción te ayudará a reducir considerablemente la cantidad de correcciones que tendrás que hacer más adelante.