Desarrollar tu propia capacidad de redacción

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La investigación y la planificación han sentado unas bases sólidas para el artículo. Has preparado el contenido y ahora es el momento de meterse de lleno y empezar a escribir.

Afortunadamente, el proceso de escritura no es tan aterrador como puede parecer. Habrá revisiones, correcciones, ediciones y quizás incluso un ataque de pánico a altas horas de la madrugada en las que decidirás cambiarlo absolutamente todo (todos hemos estado en tu lugar). En resumen, la versión final que envíes a los editores de la revista no se parecerá en nada a tu primer borrador, así que mentalízate de que la primera versión es tan solo un borrador. ¡Respira hondo y empieza a escribir!

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Redacción

Evidentemente, el paso más importante es escribir palabras en la página. Una vez que hayas alcanzado el límite de palabras, puedes dedicarte a mejorar tus argumentos y tu expresión lingüística. Aquí tienes algunos consejos a tener en cuenta mientras trabajas en el primer borrador:

  • No escribas en tu lengua materna

    Si durante la fase de planificación utilizaste una mezcla de tu lengua materna y la lengua meta, ahora es el momento de quitarse la red de seguridad y escribir totalmente en la lengua meta. Cuanto más te sumerjas por completo en la lengua meta, más fácil te resultará expresar tus ideas con claridad.

  • No compliques tus ideas

    Es importante expresar tus argumentos de la forma más clara y sencilla posible. Esto no quiere decir que debas elegir las palabras más cortas o más comunes, sino que es recomendable presentar tus ideas y explicarlas de la manera más sencilla sin perder los matices de tu argumento.  Estos son algunos aspectos clave en los que pensar:

    • Convenciones lingüísticas

      Muchas lenguas, si son nativas de varios países, evolucionan y se desarrollan de forma diferente en cada país donde se hablan. El ejemplo más común es el inglés del Reino Unido frente al inglés de los Estados Unidos, pero también hay otros ejemplos como el portugués europeo frente al portugués brasileño, el castellano frente al español latinoamericano o los muchos dialectos del árabe. Es probable que cada "versión" de un idioma tenga sus propias convenciones sobre escritura académica. Por eso es importante elegir una "versión" de la lengua de destino y ceñirse a ella.

      Si escribes pensando en una revista concreta a la que le gustaría enviar tu artículo, comprueba sus normas de presentación para ver si especifican qué versión de la lengua de destino prefieren.

    • Lenguaje formal

      Una forma sencilla de dar un registro más formal a tus escritos es sustituir el vocabulario típicamente hablado (como las frases cortas o el uso excesivo de "y", "pero" o "así que") por alternativas formales (como frases compuestas o conjunciones como "sin embargo", "aunque", "además", "por tanto", etc.). Eso sí, asegúrate de que las alternativas formales que utilizas son las habituales en la escritura formal y no en el discurso formal. Aunque las preguntas retóricas son un gran recurso formal para dar un discurso ante un auditorio, no son tan eficaces en la escritura académica y se utilizan sobre todo en la redacción de recursos educativos.

    • Precisión gramatical

      Al contrario que tu estilo de escritura, las reglas gramaticales de una lengua son objetivas y universalmente aplicadas por quienes la hablan. Por eso, la precisión gramatical es una medida clave que los lectores utilizarán para juzgar la expresión de tu artículo. Por suerte, este es el elemento lingüístico más fácil de mejorar por ti mismo con la ayuda de un diccionario o un libro gramatical de referencia.

      Uno de los errores más comunes que encuentran los editores en los artículos enviados por hablantes no nativos es la incorrecta concordancia entre sujeto y verbo, sobre todo cuando el sujeto y el verbo no están uno junto al otro en la frase.

      Por ejemplo:
      Las dificultades para establecer las señas de identidad del género también introduce lagunas en el debate sobre la ciencia ficción infantil y juvenil.

      La forma correcta es:
      Las dificultades para establecer las señas de identidad del género también introducen lagunas en el debate sobre la ciencia ficción infantil y juvenil.

    • Exactidud

      ‘Dí lo que piensas y piensa lo que dices’. Una de las claves de la sencillez es evitar el lenguaje ambiguo. Para evitar generalizaciones, puedes incorporar tipos de vocabulario como cuantificadores (que expresan tamaño o cantidad), adverbios o locuciones adverbiales (para describir verbos) o verbos modales (verbos que expresan necesidad o probabilidad, por ejemplo, poder, deber, querer...).

      Por ejemplo:
      A primera vista, David Bordwell define claramente el cine de arte y ensayo como una categoría por derecho propio; no sin solapamientos entre géneros, pero con directrices definitivas con las que se podría construir el modo de práctica del cine de repertorio.

Edición

Durante el proceso de edición, puedes utilizar tu ojo crítico para perfeccionar tu expresión lingüística, reordenar los argumentos, así como ampliar los párrafos demasiado breves y acortar los demasiados largos.

En esta fase, siempre es bueno tener a mano un diccionario o un libro gramatical de referencia para comprobar las frases de las que no estés seguro. Aunque es imposible enumerar recursos para todas las lenguas, algunos ejemplos son:

  • Instituciones gubernamentales creadas por hablantes de la lengua (por ejemplo, The British Council para el inglés, l'Académie française para el francés, etc.).
  • Diccionarios de idiomas en línea, como Word Reference o Linguee (a menudo, los foros de estos sitios web profundizan en las reglas gramaticales, las diferencias de registro y el uso de modismos).
  • Aunque es un servicio de pago, los blogs gratuitos de FluentU ofrecen recursos gramaticales en varios idiomas.

Aquí tienes algunos consejos y trucos que le ayudarán en la fase de edición:

  • Experimenta con la lengua

    Si te cuesta encontrar la frase perfecta, ahora tienes la oportunidad de experimentar con la elección de palabras y la estructura de las frases. ¿Por qué no reordenas las oraciones o cambias la estructura de la frase? ¿Tendría sentido cambiar los tiempos verbales o la concordancia entre sujeto y verbo?

  • Consulta tu lista de errores frecuentes

    Puede resultarte útil redactar una lista de errores frecuentes para tenerlos en cuenta mientras escribes. En la fase de edición, puedes revisar el texto y ver si alguno de tus errores frecuentes sigue presente en el artículo. También puedes corregir cualquier error adicional que identifiques en tus primeros borradores, ¿hay alguno recurrente que debas añadir a la lista para futuros artículos?

  • Pide ayuda

    Si conoces a algún hablante nativo de la lengua de destino, pídele que revise tu trabajo. Esto puede ser muy útil para asegurarse de la calidad de tu expresión lingüística, pero también para comprobar que su trabajo se lee bien y tiene sentido. Como autor, puedes llegar a estar demasiado familiarizado con su trabajo como para poder leerlo objetivamente. Por eso, contar con un segundo par de ojos que revise tanto el uso del lenguaje como el contenido del artículo puede ser increíblemente útil.

Últimos consejos

Después de varias rondas de escritura, edición, escritura y más edición, deberías tener un artículo listo para enviar a una revista. Un último consejo es que la práctica hace al maestro, así que, si quieres mejorar tu dominio de una segunda lengua, ¡escribe en esa lengua siempre que puedas! Amplía tu práctica lingüística a otros ámbitos fuera del académico, por ejemplo, escribiendo un diario, un blog o a un amigo por correspondencia. Estas recomendaciones pueden ser de gran ayuda para mejorar tus habilidades lingüísticas en una segunda lengua y podrían allanarte el camino hacia una mayor fluidez a largo plazo.

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